Cualquier momento es bueno para leer un libro, pero más en vacaciones, ya que no tenemos excusa de ningún tipo y tenemos más tiempo para hacerlo.
Aquí os dejo el enlace a un artículo (uno de tantos) en el que se habla de la importancia de leer, sobretodo en los/as niños/as.
La lectura en el colegio se ve como algo obligatorio, por eso el papel de los padres es crucial.
Consejos para "enganchar" a los niños a la lectura:
- Habla de la lectura en términos positivos. Exprésate con frases como "me acabo de leer un libro que me ha tenido entretenidísimo", "cuando leo siento una paz interior increíble"... Y verbaliza todo esto con tus hijos.
- Háblales de los libros que lees, de sus historias, personajes, de la intriga, el amor... despiértales el gusanillo.
- Igual que los llevas de compras cuando vas a por ropa o al súper, llévalos a ver librerías. Hay secciones, incluso librerías de niños, que son paraísos de lectura. Hay libros con ilustraciones preciosas, las tapas, los títulos sugerentes, el olor de las librerías, el colorido. Déjales que se entretengan viéndolos, tocándolos, abriendo, leyendo las contras, deja que elijan el suyo. Las librerías son lugares maravillosos para perderse.
- Lee con ellos por las noches. Hay libros de adultos que tratan de valores, ideas que se pueden leer en familia. Yo leí El mundo amarillo de Albert Espinosa por las noches con mis hijos. Cada noche leíamos un capítulo en alto, y a pesar de las partes duras del libro, creo que fue una experiencia maravillosa con ellos, les hizo ver el mundo desde otra perspectiva.
- Incúlcales el hábito de leer antes de acostarse, aunque sean quince minutos. Pregúntales de qué va el libro, que lo relacionen con su vida, con otras historias, etc.
- Y sobre todo, haz tú el esfuerzo por leer... y que te vean con las manos en la masa. Fomentar el hábito está bien, pero predicar con el ejemplo, mejor. No podemos esperar que un niño lea si no ve a sus padres leer o si no recibe estimulación por parte de ellos; si no les contamos cuentos, si no les presentamos la lectura, los libros y los cuentos como algo fantástico, curioso y atractivo. Debería mantenerse el rol de cuentacuentos tradicional, como lo han hecho multitud de abuelos. Tenemos que olvidar la lectura como una actividad meramente escolar.